Año tras año, mes tras mes, las temporadas vienen y van. Con ellas llegan diferentes momentos. El momento de refrescar el armario, el momento de abrigarnos, cubrirnos con capas o renovarnos al sacar al aire nuestros pies y nuestros brazos después de meses de haber hibernado dentro de medias y mangas.
Cuando llega la primavera, nos sorprendemos al ver espacios llenarse de colores y texturas que habíamos olvidado existían. De pronto, todo a nuestro alrededor está lleno de flores, colores, y objetos que nos llenan de esperanza ilusa que nos hace sentir un poquito más tropicales. Los estampados florales han sino una parte clave de la temporada de primavera/verano este año, los vestidos y las faldas tienen una estética con movimiento y frescura que animan el espíritu. Como las hojas que habían desertado a los árboles en el invierno, las tiendas se llenan de repente de pequeñas prendas coloridas que habían sido olvidadas en el fondo de los closets. El bikini y sus accesorios ahora ocupan toda una sección dentro de los almacenes y es ahí que sabemos que se acerca el verano.
El verano llega de pronto, y con él un montón de exigencias que crean en nosotros un instinto casi camaleónico de adaptación a tan esperado momento. Los colores vivos irrumpen de nuevo con los estampados (sobretodo florales y étnicos que han sido tan importantes esta temporada 2009). Es hora de comprar el Special K, volver a tener silueta, manicure, muchos pedicures, hora de sacar las piernas, ¡hora de un bronceado!
El sol empieza a tener pequeñas apariciones en las funciones semanales de nuestra cotidianidad y cada instante de brillo genera hordas de seguidores con pantalones remangados que con expresiones aduladoras, concentran todos sus esfuerzos en devolver el pigmento a su piel con un bronceado.
Para algunas personas esos momentos de sol son bastante efectivas y poco a poco el color reaparece; Pero para la mayoría de la población del viejo continente, el resultado si es que hay alguno es doloroso y vergonzoso.
Es por eso que algunas personas, más de las que me gustarían, pierden la paciencia (y la cordura en mi opinión) y recurren al tan popular auto bronceado. Crema, spray o cámara que generan un resultado casi inmediato de bronceado. En teoría es la solución perfecta al problema, es fácil, rápido, evita la exposición exagerada los rayos solares, pero la realidad es que los resultados son antinaturales, caricaturescos y sin querer ofender a nadie, un poco grotescos.
Los colores del verano son vivos, rojo, verde, rosado, naranja, los colores del verano se refieren a la ropa. Viniendo personalmente de tierra tropical y habiendo visto el color de un verdadero bronceado, puedo decir que alguien cometió un grave error al traducir la piel canela a piel naranja. Es un poco irónico ver que una de las grandes tendencias de esta temporada es el “nude” o color piel, pálido, tan bonito y delicado como una piel natural.
Finalmente llega el verano y terminamos nadando en un mar de “Oompa Loompas” que honestamente es innecesario y el elemento perfecto para estropear cualquier, tendencia, estilo o prenda que nos regala el mundo de la moda en la temporada más alegre del año.
Es importante reconocer las cualidades que tiene cada aspecto de nuestra apariencia ynuestro origen y saber resaltarlas, por medio de contrastes, de siluetas o con accesorios que nos faciliten esa adaptación a cada temporada sin hacernos parecer artificiales.
El verano es más que una apariencia, se trata de disfrutar la alegría de las vacaciones, de los días largos, del calor. Una actitud sin ataduras ni quemaduras.
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